Mi problema con el DEADRISING

¡Quien fuera zombi para probar esas carnes morenas!

No me caracterizo especialmente por ser un cagón, yo me pasé el PROYECTO ZERO armado con una cámara de fotos como el que da un paseo por el Museo del Prado, sin inmutarme. Y de los Resident Evil ya ni te cuento, que con tanto tiro parecen más conversiones de RAMBO que otra cosa. Y no, no es por fanfarronear. Es para explicaros que no sé por qué, si soy un tío curtido en mil batallas, el DEADRISING se me da TAN MAL. Pero MAL, MAL. Los zombies me matan a la primera de cambio. Me pongo nervioso, grito y agarro lo primero que pillo para defenderme. Y claro, no sé por qué siempre acabo agarrando cosas TAN útiles para defenderse de un ataque zombie como cajas de cartón, toallitas desmaquilladoras o cedés de SNSD. No soy capaz de cumplir ni una sola misión y los supervivientes que esperan en el centro comercial a que yo los lleve a la sala de seguridad lo tienen más negro que Toni Genil y Rosa Benito en las pruebas físicas de la isla de los famosos. Los zombies me dan miedo, vale. Y son muy hijos de puta, que parecen que no se enteran de la misa la media y en cuanto te descuidas, uno te da un bocao. Y una vez que uno ha pillado cacho, el resto va detrás a amontonarse, que hacen como los maricas en un cuarto oscuro, que en cuanto ven acción en una esquina se creen que todo el monte es orégano.

He estado analizando el por qué de mi problema con el DEADRISING y creo que es porque durante la partida no puedo dejar de imaginarme a FRANK WEST así:

...aunque la culpa sea mía por configurar el vestuario del personaje así. O dejan de hacer videojuegos con protagonistas tan buenorros o me voy a tener que limitar a jugar al UNO.